Los garabatos son trazos espontáneos que se realizan sin pensar demasiado, desde un lugar intuitivo. Se dibujan sin expectativas, sin juicio, solo con la intención de fluir. Son una forma de meditación activa que calma la mente, reduce la ansiedad y permite que el cuerpo se relaje mientras el alma se expresa.

En su versión más terapéutica, los garabatos no surgen como una distracción mientras haces otra cosa, sino como una práctica enfocada y consciente. Al dibujar así, creas un puente entre tu mundo emocional y tu cuerpo, permitiendo que las emociones bloqueadas salgan de forma segura y simbólica.

A través del garabato consciente se pueden observar tus niveles de tensión, rigidez, perfeccionismo o fluidez emocional. No se trata de interpretar como un test psicológico, sino de darte permiso para que algo se exprese sin palabras.